Tras el homicidio del influencer Yudiel Flores Tovar “El coyote consentido”, quien se encontraba recluido en el penal de El Amate en Chiapas por delitos de abuso sexual infantil, las autoridades penitenciarias descubrieron evidencia impactante de que continuaba perpetrando abusos contra menores dentro de su propia celda.
El subsecretario de Inteligencia e Investigación de la Secretaría de Seguridad de Chiapas, José Octavio García Macías, informó que el hallazgo de diversas grabaciones en un teléfono celular reveló que Yudiel Flores mantenía relaciones sexuales con menores de edad al interior de la prisión.
Estas grabaciones corresponden a fechas específicas de mayo, agosto y septiembre de 2024, así como a meses posteriores, lo que indica que siguió abusando de menores en la misma cárcel.
El fiscal general de Chiapas, Jorge Luis Llaven Abarca, detalló que la muerte de este recluso, ocurrida el pasado lunes 14 de abril, fue producto de asfixia por estrangulamiento provocado por otra u otras personas. Las investigaciones preliminares sugieren que Flores Tovar fue llevado de su celda individual a otra, donde sus agresores intentaron simular un suicidio.
Una de las principales líneas de investigación se centra en la identidad de los menores que aparecen en los videos. El fiscal Llaven Abarca señaló que se están realizando averiguaciones para determinar si estos niños tienen algún parentesco con otros internos del penal, ya que esta sería la única vía plausible para su ingreso al que es considerado el centro penitenciario más grande del estado de Chiapas. En este sentido, enfatizó que la comisión de estos delitos dentro de la cárcel necesariamente implicó la complicidad o la omisión del personal de seguridad de El Amate.
Las autoridades también están indagando sobre las posibles motivaciones detrás del homicidio de Flores Tovar. Se barajan dos hipótesis principales: una posible venganza por parte de los padres de las víctimas de abuso, o una disputa interna entre reos, dado que el influencer también formaba parte de un grupo que ejercía control dentro del penal.
Yudiel Flores Tovar había sido sentenciado a una pena de 119 años de prisión tras ser encontrado culpable de los delitos de trata de personas en su modalidad de explotación infantil, pornografía infantil y violación agravada en contra de personas menores de edad. Su detención se produjo en 2021, después de que el gobierno de Estados Unidos lo identificara como integrante de una red internacional dedicada a la producción de pornografía infantil.
Debido a sus antecedentes y la gravedad de sus crímenes, Flores Tovar contaba con órdenes de extradición pendientes por parte de Guatemala y Estados Unidos. En este último país, ya había sido acusado de abuso sexual contra menores de edad en el año 2004.
En los días previos a su muerte, circuló en redes sociales un video grabado por el propio Yudiel Flores, en el que manifestaba haber recibido amenazas de muerte. En dicho video, mostraba una lista con nombres de otros convictos que, según su testimonio, estaban involucrados en actos de corrupción dentro del penal.
Aunque aparentemente había sido trasladado previamente de El Amate, posteriormente reingresó a esta prisión. Este último suceso añade una capa adicional de complejidad a las investigaciones en curso sobre su asesinato y las condiciones de seguridad dentro del penal.
A menos de 24 horas del hallazgo sin vida de Yudiel Flores Tovar, comenzó a circular un video impactante en el que el propio interno advertía sobre el grave peligro que corría su vida. En la grabación, realizada meses antes de su muerte, Flores Tovar afirmaba categóricamente que si fallecía, no se trataría de un suicidio ni de una confrontación, sino de un acto de homicidio premeditado.
El video, presuntamente grabado el 8 de diciembre de 2024 utilizando un teléfono celular dentro de las instalaciones penitenciarias, muestra a Yudiel Flores declarando con firmeza que no tenía ninguna intención de quitarse la vida. En su mensaje, responsabilizó directamente a las autoridades del penal por cualquier atentado que pudiera sufrir en su contra.
En el mismo material audiovisual, el recluso señaló de manera explícita al director, al subdirector y a otros funcionarios del penal como integrantes de una estructura de extorsión que operaba internamente. Aseguró haber sido forzado a colaborar con esta red bajo amenazas constantes.
“Quiero decirles que yo no me voy a suicidar. Yo no tengo problemas con nadie. Si se dice que a mí me mataron por una rabieta o por alguna cuestión así, es mentira”, expresó con claridad en el video. Además, dejó establecido que la difusión de esta grabación se produciría únicamente en caso de su fallecimiento.
Durante el video, Flores Tovar mostró diversos documentos que, según su testimonio, probaban su participación forzada en el control interno de ingresos, el cobro de cuotas, el manejo de teléfonos celulares y la gestión de movimientos dentro del penal. Afirmó que todas estas actividades se llevaban a cabo bajo las órdenes directas de mandos oficiales de la prisión.
El interno explicó que temía por su integridad física precisamente por haber conservado esta documentación comprometedora. Manifestó ser objeto de búsqueda por parte de aquellos que deseaban evitar que dicha información saliera del recinto penitenciario y se hiciera pública.
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