Antes de todo debemos aclarar que aunque sus demandas, parezcan legítimas, no sería la primera vez que un cartel utiliza a la población para exigir a la Federación y al Gobierno Estatal seguridad, con la intención de que ataquen por el cartel que gobierna esa plaza, al bando contrario, ademas esto se da justamente después de varios aseguramientos de arsenales y centros de monitoreo del Cártel de Sinaloa (CDS) quienes son los que controlan el municipio de Teocaltiche.
Sin embargo esto no excusa de que sea cierto que varios mandos de la Policia Estatal, se encuentren en la nómina del CJNG, por lo cual se debe hacer una exhaustiva investigación interna en la corporación.
Habitantes han alzado la voz para denunciar colusión entre elementos de la Policía Estatal y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), situación que, según afirman, ha exacerbado la ya delicada situación de violencia en la región.
El Frente Teocaltiche por Nuestra Gente, un colectivo formado por ciudadanos preocupados por la seguridad de su comunidad, emitió un enérgico comunicado en el que condena enérgicamente la reciente ola de ejecuciones que ha azotado el municipio. Entre las víctimas se encuentra Juan Pablo Alonzo Estrada, quien fungía como vocero del propio frente y cuya voz se había convertido en un símbolo de la resistencia civil ante la creciente inseguridad.
Según el colectivo, la principal fuente de la violencia que ha costado la vida a ocho habitantes de Teocaltiche es el CJNG. Sin embargo, la gravedad de la situación se agudiza ante la grave acusación de que la Policía Estatal, institución encargada de garantizar la seguridad y el orden, se ha transformado en una "célula criminal uniformada". En el comunicado, los habitantes denuncian con vehemencia que estos elementos policiales, en lugar de protegerlos, irrumpen en sus hogares sin la debida orden judicial, sustrayendo sus pertenencias, sembrando pruebas falsas al inculparlos con armas y, lo que es aún más grave, facilitando los atroces crímenes perpetrados por el crimen organizado.
Ante la falta de respuestas y la escalada de violencia, el Frente Teocaltiche por Nuestra Gente decidió llevar su protesta a la Ciudad de México. Alrededor de 70 personas se congregaron en una toma simbólica de Casa Jalisco, ubicada en la alcaldía Benito Juárez, buscando con esta acción visibilizar la crítica situación que atraviesa su municipio y clamar por el apoyo urgente de las autoridades federales. Su principal exigencia radica en la localización de personas desaparecidas y el cese inmediato de la violencia que azota la región de los Altos de Jalisco.
La indignación y el temor se intensificaron tras el brutal asesinato de Juan Pablo Alonzo Estrada. La noche del domingo 30 de marzo, dos individuos armados ingresaron a su domicilio y lo atacaron a balazos. Resulta particularmente alarmante que este crimen se perpetrara a escasos metros de un operativo de seguridad que supuestamente debía proteger al vocero. Este hecho pone en tela de juicio la efectividad y la verdadera intención de las fuerzas de seguridad presentes en la zona.
Es importante recordar que Juan Pablo Alonzo había buscado activamente el diálogo con las autoridades federales. El 3 de marzo, fue recibido por la Secretaría de Gobernación para iniciar mesas de trabajo y diseñar estrategias de seguridad que pudieran contener la ola de violencia generada por el CJNG. Este encuentro evidenciaba la búsqueda desesperada de la comunidad por encontrar soluciones y la esperanza depositada en la intervención federal.
El ataque que le arrebató la vida a Juan Pablo también dejó herida a su hermana, Hilaria, quien recibió un impacto de bala en una pierna. Sin embargo, la violencia se ensañó con el vocero, quien recibió múltiples disparos en el pecho, la mejilla y el muslo, falleciendo en el patio de su propia casa.
Ante la conmoción generada por este asesinato, el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, fue cuestionado al respecto. En sus declaraciones, el mandatario estatal señaló que Juan Pablo Alonzo contaba con antecedentes penales por robo de hidrocarburo, sugiriendo que esta "actividad criminal" podría estar relacionada con su homicidio. Asimismo, descartó categóricamente que su muerte estuviera vinculada al activismo que ejercía en una de las zonas más conflictivas del estado. Estas declaraciones han generado controversia y han sido recibidas con escepticismo por parte de la comunidad, que ve en ellas un intento por deslegitimar la lucha del frente y desviar la atención de las graves denuncias de colusión policial.
La situación en Teocaltiche demanda una atención urgente y exhaustiva por parte de las autoridades federales. Las acusaciones de colusión entre la policía estatal y el crimen organizado son de extrema gravedad y requieren una investigación profunda y transparente. La comunidad clama por justicia, por la localización de sus desaparecidos y por el restablecimiento de la paz y la seguridad en su municipio. La manifestación en la Ciudad de México es un grito desesperado por ser escuchados y por recibir el apoyo necesario para hacer frente a la violencia que los asedia.