Las autoridades estatales y federales han abierto una investigación en torno a la venta de droga dentro de la Escuela Normal de Tiripetío, Michoacán, en relación con la desaparición y posterior hallazgo sin vida de un estudiante de dicha institución.
Carlos Eduardo Castro Matías, de 21 años de edad, fue reportado como desaparecido el pasado domingo 13 de abril. Se le vio por última vez saliendo de la normal de Tiripetío en compañía de otro joven cuya identidad aún se desconoce.
Ante la falta de noticias sobre su paradero, la familia del estudiante presentó una denuncia formal ante la Fiscalía estatal el lunes siguiente. Tras días de manifestaciones, bloqueos carreteros y un intenso operativo de búsqueda por tierra y aire, el cuerpo sin vida de Carlos Eduardo fue localizado el viernes a 9 kilómetros de donde se le vio por última vez.
El hallazgo se produjo en una brecha cercana a la Autopista Siglo XXI. El cadáver del joven normalista presentaba un avanzado estado de descomposición, además de estar atado de pies y manos, con el llamado "tiro de gracia", evidentes huellas de tortura y múltiples contusiones.
Fuentes tanto de la Fiscalía General del estado como de la Inteligencia Militar han indicado que una de las principales líneas de investigación se centra en la venta de sustancias ilegales al interior de la Escuela Normal como un posible detonante de este crimen.
Las versiones que circulan sugieren que el joven habría contraído una fuerte deuda con individuos vinculados a la delincuencia en la región, quienes habrían actuado con extrema violencia al no recibir el pago adeudado por la venta de la merca.
A pesar de la expectativa de posibles movilizaciones por parte de los estudiantes normalistas y los habitantes de Pichátaro, comunidad indígena de origen de Carlos Eduardo, la comunidad estudiantil y los representantes de los pueblos indígenas han mantenido hasta el momento un silencio público respecto al caso.
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