Este jueves se llevó a cabo la detención de César Moisés Hernández, el fugitivo y asesino de Abigaíl Esparza Reyes la jefa del Grupo de Enlace Internacional de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana (FESC). Su captura fue llevada a cabo por un grupo élite de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y Elementos de Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano mediante un operativo táctico implementado en la zona este de Tijuana.
El arresto se produjo en el interior de una vivienda utilizada como punto de consumo de drogas, donde el homicida fue encontrado recostado, sin camisa y sin oportunidad de resistirse o escapar. Durante la operación, no se registraron detonaciones de armas de fuego y el detenido resultó sin lesiones.
En el despliegue participaron también elementos de las Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano, en una acción coordinada que buscó asegurar todas las posibles vías de escape para evitar una nueva fuga del criminal.
Esta detención se concreta nueve días después del homicidio de la comandante Abigail Esparza Reyes, quien fue asesinada por Hernández el pasado miércoles 9 de abril. La comandante lideraba un operativo fallido de la FESC, en colaboración con agentes del Servicio de Marshals de Estados Unidos, para aprehender a Hernández en una residencia del fraccionamiento Barcelona Residencial.
En aquella ocasión, Hernández abrió fuego al momento en que el grupo de agentes ingresó al domicilio. Uno de los disparos impactó a la jefa de la FESC en el cuello. A pesar de ser trasladada de inmediato en una camioneta blindada a la Cruz Roja por sus compañeros y los agentes estadounidenses, la comandante falleció poco después debido a la gravedad de la herida.
El agresor, identificado como César Moisés Hernández, de 35 años de edad, era buscado por las autoridades de California tras fugarse durante un traslado penitenciario en diciembre de 2024, cuando era llevado a una audiencia en la Corte de Delano. Hernández había sido sentenciado a cadena perpetua por un homicidio cometido en ese estado.
Tras el ataque a la comandante, Hernández logró eludir a más de cien agentes estatales y federales, huyendo a pie a plena luz del día y vistiendo un traje de color fluorescente. Esta situación generó críticas hacia la planificación del operativo y por la presencia de agentes encubiertos de Estados Unidos en el lugar, quienes se retiraron sin intervenir en el enfrentamiento.
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