El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha dado a conocer que Jaime González Durán, alias “El Hummer”, uno de los miembros fundadores del temido cártel de Los Zetas, se ha declarado culpable de los delitos de conspiración para fabricar y distribuir cocaína y marihuana. Con el fin de importarlas ilegalmente a la Unión Americana desde México. La condena podría implicar una sentencia de cadena perpetua. Ya que, los cargos por los que fue procesado son de los más graves en el ámbito del narcotráfico internacional. Además, el criminal está vinculado con la muerte del famoso cantante mexicano Valentín Elizalde.
Los Zetas, uno de los cárteles más violentos y peligrosos de México, comenzaron como un grupo de exoficiales militares que se separaron del Cártel del Golfo. Estos exmilitares entrenados fueron los encargados de las operaciones armadas del grupo. Lo que los convirtió en uno de los cárteles más temidos de América Latina. Conocidos por su brutalidad y eficacia en el control del narcotráfico. Dentro de esta organización, González Durán destacó por su rol clave como jefe regional en Tamaulipas. Siendo uno de los hombres de confianza dentro de la estructura criminal de Los Zetas.
Además de su implicación en el narcotráfico, “El Hummer” tiene una oscura conexión con uno de los asesinatos más emblemáticos de la música mexicana: la ejecución de Valentín Elizalde. Conocido como “El Gallo de Oro”. Este cantante, admirado por su música de banda y corridos, fue ultimado a balazos el 25 de noviembre de 2006. La relación entre “El Hummer” y el crimen se remonta a que, según diversas investigaciones, el cantante Elizalde canto la cancion llamada “A Mis Enemigos” en el palenque de la Feria de Reynosa que en ese momento era una de las plazas más fuerte de Los Zetas. La canción ofendido a Los Zetas, específicamente a González Durán que ordenó ejecutarlo.
En fragmentos de un video publicado en la red social X de su la presentación de esa noche, quedó registrada la última presentación de Valentin Elizalde "El Gallo de Oro" en la Expo Feria de Reynosa, Tamaulipas hace 17 años un 25 de noviembre de 2006.
Al Gallo de Oro se le puede observar momentos antes de salir a cantar sus éxitos, cuando dice algunas palabras, baila con fans y cuando canta la canción A mis enemigos que iba dedicada para Los Zetas por parte del "Chapo Guzmán".
“Siguen ladrando los perros, señal que voy avanzando, así lo dice el refrán para aquellos que andan hablando, de la gente que trabaja y que no andan vacilando”, un fragmento de la canción que lo llevó a su muerte y que se atrevió a cantar en la mera plaza de Los Zetas.
Esta canción fue la que derivó en su muerte ya que Jaime González Durán El Hummer uno de los Jefes de los Zetas se encontraba esa noche en el palenque, este capo dio la orden a los gatilleros de los Zetas de ultimarlo apenas saliera del palenque.
A pesar de los años que han pasado desde el asesinato, la figura de “El Hummer” sigue siendo central en la narrativa del crimen organizado en México. La vinculación de este líder con Los Zetas no sólo lo ha colocado en el radar de las autoridades de México y Estados Unidos, sino que también ha puesto en evidencia la profunda influencia que el narcotráfico y las disputas por el control territorial tienen sobre la vida pública y la seguridad en el país.
Jaime González Durán nació en 1976 en Xolmón, San Luis Potosí, en una familia dedicada a la ganadería y la agricultura. A los 20 años, ingresó al Ejército Mexicano. Donde tuvo la encomienda de combatir a los narcotraficantes. Sin embargo, abandonó las filas militares para unirse al cártel de Los Zetas. Lo que marcaría el comienzo de su notoriedad como uno de los hombres más poderosos del narcotráfico en México.
En 2008, después de un extenso periodo de actividades delictivas, “El Hummer” fue arrestado y extraditado a los Estados Unidos. Donde ahora se enfrenta a las consecuencias de sus acciones dentro del crimen organizado.
La sentencia de Jaime González Durán está programada para el próximo 6 de junio. Y podría significar una pena de cadena perpetua. A pesar de las pruebas en su contra y las denuncias sobre sus actividades delictivas, aún queda por ver si el impacto de su confesión sobre las operaciones del cártel de Los Zetas podrá desencadenar otras investigaciones que ayuden a esclarecer el futuro de la organización, que sigue operando en diversas partes de México.
Finalmente, el caso de “El Hummer” resalta no solo la creciente violencia que caracteriza a las organizaciones delictivas en México, sino también cómo la impunidad que durante años permitió el crecimiento de estos grupos criminales comienza a desmoronarse gracias a la cooperación internacional y la justicia.