El reciente descubrimiento de seis lotes de restos óseos en el Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, y que era utilizado como un campo de entrenamiento y exterminio del CJNG, ha generado una ola de indignación y críticas hacia las autoridades locales y estatales. Este hallazgo ha puesto en evidencia la presunta ineficacia y corrupción en la región, así como la posible complicidad de funcionarios con el crimen organizado.
Según informes, la administración anterior ya tenía conocimiento de la existencia de un crematorio clandestino en el rancho, el cual habría sido cateado en septiembre de 2024. Sin embargo, las irregularidades en los reportes presentados por las autoridades y los vínculos con el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la comunidad de La Estanzuela han generado serias dudas sobre la veracidad de la información oficial.
El colectivo "Guerreros Buscadores" fue quien realizó el hallazgo del rancho de casi 10 mil metros cuadrados, donde se encontraron fosas clandestinas, estructuras de entrenamiento y evidencia de la desaparición y exterminio de personas. La investigación del colectivo sugiere que la operación del rancho como centro de exterminio podría haber contado con la omisión y complicidad de algunos funcionarios durante años.
La difusión de un comunicado de la Guardia Nacional (GN) y el Ejército Mexicano, fechado el 20 de septiembre de 2024, ha generado controversia debido a las discrepancias entre la información proporcionada en ese momento y los hallazgos recientes.
En el comunicado de 2024, las autoridades informaron sobre el aseguramiento de un centro de adiestramiento donde se encontraban dos personas privadas de su libertad, la detención de 10 Sicarios del CJNG y la incautación de armas, municiones y vehículos, hay dos fotos que muestran la presencia de los Elementos en el lugar, en una aparecen los vehiculos en color gris y en la otra, el armamento asegurado.
Información indica que incluso miembros del CJNG, se acercaron a las Fuerzas Estatales y Federales para tratar de comprarlos para que no dijeran algo más sobre el lugar.
Sin embargo, el reciente descubrimiento de restos óseos calcinados, casquillos de bala, cargadores, más de 200 pares de zapatos y objetos personales contradice la versión oficial y apunta a la presencia de actividades sistemáticas de desaparición de personas en el rancho.
A pesar de que el predio supuestamente había sido clausurado por la Fiscalía estatal desde el año pasado, el colectivo "Guerreros Buscadores" notificó el 8 de marzo que los sellos de aseguramiento habían sido violados, lo que sugiere que el sitio continuó siendo utilizado de manera ilegal. Esta situación plantea serias dudas sobre la efectividad de las autoridades y la posible existencia de encubrimiento y complicidad en este caso.
El hallazgo en el Rancho Izaguirre ha puesto de manifiesto la grave situación de violencia y desapariciones en México, así como la necesidad de una investigación exhaustiva y transparente para esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia. Organizaciones de derechos humanos y colectivos de búsqueda exigen a las autoridades que se realicen investigaciones exhaustivas y se garantice el acceso a la justicia para las víctimas y sus familias.
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