Una mujer que se identificó como la madre de un recién nacido localizado sin vida el asado 16 de febrero en Tijuana, Baja California, se entregó a las autoridades al no soportar la culpabilidad de abandonar el cuerpo de su hijo en la colonia Libertad.
El miércoles 19 de febrero, vecinos de la citada colonia descubrieron el cuerpo, metido en una bolsa y al lado de unos trapos tirados en la banqueta.
Por la noche, la supuesta madre confesó el presunto homicidio ante las autoridades de la delegación Playas de Tijuana, donde admitió que el cadáver estuvo en un congelador por tres meses.
A las 20:37 horas, Adriana N. de 26 años, acudió a la delegación ubicada en las avenidas Del Agua y Del Pedregal, donde manifestó a las autoridades que ya no podía con la culpabilidad de haber matado a su hijo y narró los hechos.
Según relató, el 16 de noviembre de 2024, mientras tomaba un baño, sufrió aparentemente un aborto espontáneo, expulsando tanto al feto como a la placenta, los cuales cayeron al suelo, al intentar romper el cordón umbilical con un cuchillo de cocina, por error lo enterró también en el producto.
Posteriormente, lo tomó, lo envolvió en una toalla y lo metió en una bolsa, lo colocó en el congelador, donde permaneció durante tres meses, hasta el lunes 17 de febrero, cuando se encontraba limpiando el domicilio.
Con apenas 54 centímetros de longitud, presentaba cuatro heridas: una irregular en el lado izquierdo de la cabeza, una lineal en el área de la sien del lado izquierdo y dos heridas irregulares en el tórax. Como evidencia, se tomaron muestras de las agarraderas de la bolsa, así como muestras de diferentes áreas del cuerpo de la bebé.
De acuerdo con los datos el cuerpo de 54 centímetros de longitud, presentaba cuatro heridas: una irregular en el lado izquierdo de la cabeza, una lineal en el área de la sien del lado izquierdo y dos heridas irregulares en el tórax.