Sí lo dejaron ir”, informaron a ZETA autoridades que investigan las actividades ilícitas de Pablo Edwin Huerta Nuño alias El Flaquito en ambos lados de la frontera. “Pagó una importante cantidad de dinero”.
No confirmaron que se tratara de 10 millones de pesos, como se expuso extraoficialmente, “…lo que se sabe es que pagaron 300 mil dólares”.
La tarde del martes 17, Pablo Huerta se reunió con Ismael Zambada Sicairos alias El Mayito Flaco, o uno de los mandos de la célula de traficantes sinaloense, quienes llegaron a Tijuana alrededor de las seis de la tarde.
El lugar que les pareció más seguro para hacer sus acuerdos criminales, fue el Casino Caliente propiedad del ex reo Jorge Hank Rhon, espacio que, de acuerdo a informes de seguridad en México y Estados Unidos, integrantes del Cártel Arellano Félix (CAF) acostumbran usar para reuniones por lo menos desde hace 20 años.
Tras el reporte de la presencia de los presuntos traficantes y de la junta criminal, hecho por investigadores de las áreas de Inteligencia, autoridades locales implementaron un torpe y lento operativo dos horas después de recibir la denuncia, cuatro horas más tarde que el movimiento de los traficantes fue detectado en la ciudad.
A pesar de la tardanza, resultó que por lo menos a Huerta sí lo encontraron “y lo dejaron ir”. Aun, continuaban investigando para identificar cuál de los equipos de agentes que participaron en el operativo de búsqueda, permitió el escape. Aunque las sospechas recaen entre elementos de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana (FESC), quienes a diferencia de los de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) que vienen de fuera, sí pueden identificar visualmente a Huerta. “Pero aún no se aclara quiénes fueron los responsables de la fuga, porque los primeros en llegar a la escena fueron los militares”.
Cuestionado respecto al tema por la prensa en Tijuana el 23 de diciembre y sin mencionar a Huerta, el secretario de Seguridad de Baja California, Leopoldo Tizoc Aguilar Durán, confirmó el operativo e informó que por parte de la FESC habían participado 60 elementos.
“Tuvimos conocimiento y apoyo por parte del nivel federal, teníamos un blanco generador de violencia a nivel federal que supuestamente estaba ahí, obviamente adoptamos un dispositivo para tratar de comprobar la hipótesis, al llegar obviamente vimos que no se encontraba, obviamente nos retiramos porque ya no había necesidad del dispositivo”, refirió.
Del motivo por el que no hubo informe público de los hechos, agregó: “No hubo tanta difusión porque obviamente no se detuvo a nadie. Íbamos en busca de un objetivo prioritario de nivel federal en coordinación y en apoyo de autoridades federales. No estaba la persona que andábamos buscando con las autoridades federales que nos pidieron el apoyo”.
Con información de Zeta Tijuana