Ayer, 11 cuerpos fueron abandonados en distintos puntos del estado de Morelos, en un aparente ajuste de cuentas relacionado con la delincuencia organizada, según informaron autoridades estatales y de Cuernavaca.
El primer reporte llegó alrededor de las 8:30 horas, cuando la Policía Municipal de Cuernavaca fue alertada sobre la presencia de siete cuerpos en las inmediaciones de Cerro Cortado, un área cercana al tiradero de Loma de Mejía, entre los límites de Cuernavaca y Temixco.
Las imágenes de los cuerpos circularon rápidamente en redes sociales y algunas personas comentaron que les habían "sacado el corazón", ya que todos presentaban una herida profunda en el centro del pecho, pero fuentes policíacas señalaron que a ninguno de los occisos les faltaban órganos.
Las víctimas eran todas de complexión robusta, tez morena y poseían una estatura mediana. La ropa que poseían bermudas en uno de ellos y el resto pantalones, los cuerpos estaban despojados de camisas y tenían una herida provocada con un objeto punzocortante en el pecho, todos los cueros sin falta poseían dicha herida en el mismo sitio, para las debidas investigaciones del estado en que fueron encontrados los cuerpos acudieron autoridades como la Guardia Nacional, Ejército Mexicano y la Fiscalía General del Estado.
Además, a la escena hicieron acto de presencia 6 individuos 3 hombres y 3 mujeres respectivamente a bordo de un vehículo, que buscaban entre los ultimados a sus familiares los que desaparecieron y no llegaron a su hogar en la colonia Patios de la Estación, correspondiendo a los reportes de las otras 4 personas desaparecidas de la misma tarde del pasado jueves 19 de septiembre.
Pero la teoría ante la desaparición y el deceso de los siete cuerpos encontrados en Cuernavaca no termina aquí, pues se piensa que la misma herida que todos poseen en el mismo lugar recuerda a la los que se hacían llamar “narcosatanicos” que además de delinquir, traficando y asesinando, utilizaban los cuerpos humanos y algunos de sus órganos para elaborar diversos rituales y una de las marcas era mutilar a sus víctimas de esta manera.
Horas antes, en la madrugada, ya se habían encontrado dos cuerpos maniatados y con signos de tortura en la autopista Cuernavaca-Acapulco, cerca del kilómetro 95, en la colonia Adolfo López Mateos.
Más tarde, un tercer cadáver fue localizado en el estacionamiento de una Farmacia Guadalajara en la colonia Insurgentes, en el municipio de Jiutepec, y, casi simultáneamente, apareció otro cuerpo sobre la carretera Cuernavaca-Cuautla, en el tramo conocido como Cañón de Lobos.