El periodista Zedryk Raziel publicó en El País un adelanto del libro ‘Confesiones desde el exilio: EPN’ escrito por el periodista Mario Maldonado, que incorpora múltiples entrevistas con el expresidente de México que tuvieron lugar en Madrid (España) y Punta Cana (República Dominicana).
Intentaron tumbarlo.
Ocurrió en 2014 lo que define como un complot, cuando estalló el escándalo de la Casa Blanca de su exesposa Angélica Rivera.
De hecho sigue arrepentido de permitir que ella diera el mensaje público explicando la adquisición. “Nunca debí permitir que mi esposa diera esa explicación y que se expusiera de tal forma”.
Luego vino lo peor, cómo desde el interior de su Gobierno prepararon una especie de conspiración compuesta por grupos políticos y empresariales, que el periodista Raziel describe fueron “para tumbarlo de la silla presidencial y convocar a nuevas elecciones, según ha señalado”.
“Esto ocurre justo antes de que yo cumpliera dos años (de gobierno). Me querían chingar, me querían tirar”, expuso Peña Nieto.
Aunque al final no ocurrió la llamada conspiración, pero sí revela que hubo empresarios presionando para no dejar que ganara Andrés Manuel López Obrador las elecciones del 2018.
“La verdad de las cosas es que la elección ya la tenía ganada López Obrador. Muchos me recriminan, porque querían que evitara a toda costa que ganara, pero ¿qué querían que hiciera?”, fueron también palabras del priísta.
Respecto a Carlos Salinas de Gortari, comentó Enrique Peña Nieto que su relación no es tan cercana como se cree, aunque suele verlo dos veces al año, uno en víspera de Navidad.
Para Felipe Calderón no tuvo tan buenas palabras, “no soy calderonista. Cero me llevo con él. No me llevo mal, pero tampoco me llevo bien”.
El escritor del libro, Mario Maldonado, hizo una apreciación sobre la relación entre Peña y su antecesor, diciendo que el priísta veía más “hosco” al panista comparado a cualquier otro expresidente con el que trató. De hecho es Calderón con quien menos hubiera querido llevarse.
Y sobre López Obrador, confiesa el expresidente que luego de entregar la banda presidencial se exilió en España para no estorbar al nuevo gobierno.
Incluso AMLO llegó a elogiarlo como “un demócrata” por no interferir en las elecciones del 2018.