Miguel Ángel Treviño Morales aseguró que él no es el líder de Los Zetas y en 2019 fue absuelto de la acusación en su contra por delincuencia organizada y aunque enfrenta otros cargos, es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
En una carta pidió también que su imagen y nombre dejen de ser utilizados para identificarlo o emparejarlo al apodo Z-40, pues ante los tribunales se ha demostrado “que yo no soy esa persona que mencionaron los testigos protegidos”, sino en todo caso existe una homonimia o un nombre parecido, lo cual causa perjuicio a su imagen y nombre y de su familia.
“Utilizaré todos los medios legales a mi alcance para realizar esta precisión y para pedir de ustedes, la remuneración sobre los daños y perjuicios que han ocasionado”, agregó Treviño Morales.
Treviño Morales dijo que no existe una sola denuncia en su contra por amenaza o soborno a juez alguno y que ni en México ni en ningún otro país ha recibido sentencia que acredite su identidad como líder delictivo y de hecho ya es irrevocable la sentencia que establece que no pudo comprobarse que él es la persona a quienes señalaron testigos, además, de que ha obtenido más de 12 resoluciones absolutorias demostrando que no fue ni será responsable de ser líder ni pertenecer a la delincuencia organizada o el Cártel del Golfo o Los Zetas.
Explica que el juez tuvo dudas de la identidad de la persona a la que se refirieron los testigos Yeraldín, Rafael y Mateo Díaz López, pues no se advirtió un señalamiento firme y categórico contra Miguel Ángel Treviño Morales, los testigos que afirmaron tuvieron a la vista a esa persona y no conocerlo, sembró dudas y que al Ministerio Público le correspondía allegar los medios idóneos para acreditar la identificación.
Negó que haya amedrentado, sobornado o amenazado a jueces para evitar su extradición a Estados Unidos y sólo ha ejercido su derecho a una defensa adecuada, “lo que no puede ser catalogado como un beneficio indebido” y que dicho juicio se ha alargado más por el constante cambio de centros de reclusión y a diversas competencias de los jueces.
Afirma que no existe documentación de ningún crimen cometido por él y aunque está procesado por algunos ilícitos, opera en su favor la presunción de inocencia y “soy inocente hasta que se demuestre lo contrario”, indicó.
Afirmó que promovió un amparo en su proceso de extradición y aunque obtuvo la suspensión provisional, el pasado 2 de enero se le negó la suspensión definitiva. Treviño Morales afirmó además que no existe forma en que pudiera haber ordenado el asesinato de 10 custodios, pues ha permanecido aislado de la población penitenciaria la mayor parte del tiempo en la cárcel, e incluso sus entrevistas familiares y de defensor son grabadas y escuchadas y tampoco existe proceso penal o carpeta de investigación al respecto.
Y sostuvo que no goza ni ha gozado de ningún privilegio respecto de las visitas conyugales. Miguel Ángel Treviño afirmó también que no tiene pendiente ninguna orden de aprehensión en su contra por la acusación de la masacre de 200 migrantes en San Fernando y confirmó haber ganado jurídicamente como beneficio en reclusión, el acceso a fruta fresca en el penal de Buenavista, Michoacán.