Divergencias en torno al asesinato del fundador de las autodefensas en la Michoacán, Hipólito Mora Chávez, enfrentaron al gobernador, Alfredo Ramírez Bedolla, con el obispo de la Diócesis de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García.
En su homilía del domingo, tres días después de la ejecución de Mora Chávez y sus tres escoltas, el jerarca religioso criticó que el presidente Andrés Manuel López Obrador haya celebrado la víspera el quinto aniversario de su triunfo electoral, pues al considerar que “su principal objetivo era poner la paz en el país, hubiera sido mejor declarar un día de luto nacional por tantas personas que han perdido la vida de forma violenta”.
Ascencio García pidió que las autoridades reconozcan que en el país, y específicamente en el estado de Michoacán, continúa azotando la violencia, ya que “mientras algunas autoridades dicen que todo está bien, los que vivimos en Apatzingán y un servidor sabemos que no está bien, ya que sufrimos por esta inclemencia de la violencia”.
En su rueda de prensa de este lunes, Ramírez Bedolla se lanzó contra el obispo, a quien acusó de estar “haciendo política” y calificó como “desafortunada” su declaración y “si quiere hacer política que se espere al periodo electoral, no sé si el INE vaya a amonestarlo o algo”.
Añadió: “Que recuerde el obispo que sacerdotes promovieron en su momento las autodefensas”, que “se levantaron en armas, financiadas económicamente, apertrechadas por armas, suministraron dobles armas, grupos criminales para enfrentar otros grupos criminales, por eso es que no se logró el supuesto objetivo que tenían de limpieza, pues cómo iban a limpiar si también tenían compromisos con otros grupos de la delincuencia organizada, por eso no se justifican las autodefensas, fue un error, fue un tema fallido”.
El gobernador dijo que en Michoacán hay “personajes muy protagónicos con declaraciones muy estridentes, relacionados con grupos del crimen organizado, incluso hay clérigos que han admitido tener acercamiento, diálogo con líderes criminales”.
Se quejó el mandatario de que algunos religiosos “critican al Estado, lo atacan, pero ellos mismos encubren a generadores de violencia, y luego se convierten en voceros de bandas de criminales”.
Consideró que “es clara la declaración desde el púlpito de Apatzingán del obispo, de hacer política, entonces, si quieren hacer política que dejen la sotana y que se metan al tema electoral”.
Antes, el párroco de Aguililla, Gilberto Vergara, y el sacerdote Gregorio López Gerónimo, conocido como El Padre Goyo, habían condenado el asesinato de Hipólito Mora y criticaron el papel de las autoridades frente a la violencia.
López Gerónimo, de manera directa, responsabilizó del cuádruple crimen al gobernador Ramírez Bedolla, a quien acusó de tener vínculos con el crimen organizado, y exigió su renuncia.
Por su parte, Gilberto Vergara señaló que el asesinato de Hipólito Mora es resultado de una estrategia fallida e inconclusa, pues el plan de pacificación gubernamental en la región nunca se concretó.
"El crimen organizado está reposicionándose, cobrando fuerza, actuando de forma impune, con la confianza de que las autoridades sólo están observando", puntualizó.